SONOTIPO PRESENTA “EL SUEÑO DE MARLENE”
“Si madurás un poco, vas a parar con Melero”
Si en el último tiempo se hizo recurrente ubicar a Los Látigos y Victoria Mil como dos sobrevivientes de la movida que buscó, con suerte dispar, combinar electrónica y rock a fines de los ‘90, no sería descabellado colocar a Sonotipo en la misma categoría. Después de todo, el grupo liderado por Ciro Cavalotti no sólo accedió a una discográfica mayor (PopArt) tras mucho batallar en el under. También, al igual que las bandas citadas arriba, encontró en Daniel Melero una guía inspirada que los condujo a su mejor forma. “Si bien ya nos conocíamos, fue él quien nos llamó para trabajar con el disco (el flamante El sueño de Marlene, tercero del grupo). Hay un dicho que dice que tarde o temprano, si madurás un poco, vas a parar con Melero. Y eso fue lo que pasó...”, se alegra Cavalotti, movilizado por la experiencia. “Apenas llegó me dijo: ‘Mirá, acordate que es tu música. Discutime todo si te parece’. Pero no le discutí nada (risas). Melero fue tan importante que incluso nos modificó el vivo de la banda. Ahora sonamos mucho más rockeros”, analiza.
El presente de Sonotipo tiene otra coincidencia con el desarrollo actual de noventoso electrorrock:“En este disco hicimos pie en las canciones más que en ningún otro. Ni siquiera hay instrumentales”, enfatiza Cavalotti. Los colores de El sueño... van desde la pegadiza Las miradas y la bolerística Creo hasta la angustiante Tarde (video en http://www.youtube.com/) y esas guitarras concéntricas que ya son una marca de estilo en la banda. Las referencias ineludibles son el tecno-rock de New Order y el pop nacional de los ‘80 (Virus, Los Encargados). Pero también, por qué no, la sensibilidad de Litto Nebbia: “Me encanta que se lo reivindique ahora. Cuando Litto hace canciones pop, puta... ¡Ahí está todo, man!”, exclama Cavalotti, quien en una entrevista nombró un compilado de Nebbia como el primer disco que alguna vez escuchó. “Tuve la suerte de conocerlo cuando en el 2004 organizamos la recreación del Acusticazo. Fue buenísimo. Me gusta mucho cómo canta. Si el recital es él solito con su guitarra y voz, yo lloro.”
“Si madurás un poco, vas a parar con Melero”
Si en el último tiempo se hizo recurrente ubicar a Los Látigos y Victoria Mil como dos sobrevivientes de la movida que buscó, con suerte dispar, combinar electrónica y rock a fines de los ‘90, no sería descabellado colocar a Sonotipo en la misma categoría. Después de todo, el grupo liderado por Ciro Cavalotti no sólo accedió a una discográfica mayor (PopArt) tras mucho batallar en el under. También, al igual que las bandas citadas arriba, encontró en Daniel Melero una guía inspirada que los condujo a su mejor forma. “Si bien ya nos conocíamos, fue él quien nos llamó para trabajar con el disco (el flamante El sueño de Marlene, tercero del grupo). Hay un dicho que dice que tarde o temprano, si madurás un poco, vas a parar con Melero. Y eso fue lo que pasó...”, se alegra Cavalotti, movilizado por la experiencia. “Apenas llegó me dijo: ‘Mirá, acordate que es tu música. Discutime todo si te parece’. Pero no le discutí nada (risas). Melero fue tan importante que incluso nos modificó el vivo de la banda. Ahora sonamos mucho más rockeros”, analiza.
El presente de Sonotipo tiene otra coincidencia con el desarrollo actual de noventoso electrorrock:“En este disco hicimos pie en las canciones más que en ningún otro. Ni siquiera hay instrumentales”, enfatiza Cavalotti. Los colores de El sueño... van desde la pegadiza Las miradas y la bolerística Creo hasta la angustiante Tarde (video en http://www.youtube.com/) y esas guitarras concéntricas que ya son una marca de estilo en la banda. Las referencias ineludibles son el tecno-rock de New Order y el pop nacional de los ‘80 (Virus, Los Encargados). Pero también, por qué no, la sensibilidad de Litto Nebbia: “Me encanta que se lo reivindique ahora. Cuando Litto hace canciones pop, puta... ¡Ahí está todo, man!”, exclama Cavalotti, quien en una entrevista nombró un compilado de Nebbia como el primer disco que alguna vez escuchó. “Tuve la suerte de conocerlo cuando en el 2004 organizamos la recreación del Acusticazo. Fue buenísimo. Me gusta mucho cómo canta. Si el recital es él solito con su guitarra y voz, yo lloro.”
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